Por Orietta Ramírez | Gerente de Asuntos Públicos de Green Leader
Desde una mirada a macroescala, se cree que una de las claves que ha hecho exitosa la implementación de la Economía Circular en Australia ha sido que el propio país reconociera que el Medioambiente es un factor clave para el desarrollo de su economía, siendo esta toma de conciencia el principal motor de todos los esfuerzos que se han desplegado en pro de este objetivo. (Halog et al., 2021)
Lo anterior, se refuerza con la creación (2014) de dos instituciones dedicadas a defender los pilares de la economía circular australiana, las que se complementan a la hora de resolver problemas. Se trata de la Australian Industrial Ecology Network (AIEN) que aspira a convertirse en la organización de referencia para todo lo relacionado con la ecología industrial, incluida la colaboración en el diseño, planificación e implementación de proyectos de Ecología Industrial, y la Circular Economy Australia (CEA), cuyo propósito es ser el punto focal de todas las cosas circulares del país.
Australia ha levantado una serie de incentivos en el sector productivo para avanzar en la adopción de la Economía Circular, muchas de las cuales tienen que ver con las innovaciones que la industria debe seguir realizando para lograr desvincular el medio ambiente del crecimiento económico. (Giurco et al, 2014).
A lo anterior, se suma también como otro incentivo, la necesidad de alcanzar una respuesta de diseño al creciente costo de eliminación de residuos. Las fábricas deberán apostar por entregar un diseño que facilite la recuperación de materiales para su reciclaje y reutilización. (Giurco et al, 2014).
La resiliencia económica y la resiliencia medioambiental se señalan también como motores para seguir el desarrollo de las sinergias de recursos donde la eficiencia a través de tecnologías de vertido cero, fuentes de energía sostenibles, circuitos cerrados, y el reciclaje caracterizan la resiliencia medioambiental; en tanto, la fuerte competitividad, la creciente diversidad de industrias y las cadenas de suministro fiables indican la resiliencia económica. (Golev y Corder, 2011).
Si bien en Australia, la Ley sobre la Responsabilidad Ampliada del Productor es de suyo un fuerte impulso para que las industrias migren hacia la circularidad, se identifica como nuevo incentivo que la legislación incorpore un enfoque de producción más limpia alineada con la gestión medioambiental, a objeto de poder abordar la recuperación de televisores, por ejemplo. (Lodhia S. et al, 2017)
Los Sistemas de Certificación de la Cadena de Suministros que se definen como otro de los motores para la implementación de la Economía Circular en las industrias, debido a que el cumplimiento de los requisitos suele implicar la garantía de prácticas de producción y comercialización respetuosas del medio ambiente, sobre todo si se trata de metales y minerales, forma parte también de los factores considerados como icentivos para la adopción del EC. (Florin N., et al, 2015).
En la lógica de un uso eficiente de las materias primas extraídas del planeta, se propone como un incentivo a la industria minera la idea de implementar el arrendamiento de metales que tienen una alta recuperación y un precio elevado como el oro, cobre y los metales del grupo del platino. Sin embargo, para que ello funcione Florin N., et al especifica que es muy importante la colaboración a largo plazo y el intercambio de información.
Incentivo mayor: Eliminación de residuos
Australia ha demostrado que tiene interesantes incentivos para la adopción de iniciativas circulares en su economía, incluso cuenta con una creciente participación de empresas y otros incumbentes incentivados en seguir consolidando estrategias de circularidad, que los encaminen hacia el propósito último de la EC, como es alcanzar el diseño de la eliminación de residuos.
Este desafío puede lograrse (Halog et al., 2021) con soluciones inteligentes como la fabricación de productos duraderos y reutilizables, la reparación y el uso compartido de objetos como norma, el reciclaje de residuos, la producción de biocombustibles a partir de biomasa para sustituir a los combustibles fósiles como principal fuente de energía y la producción de materiales de base biológica.
Florin et al. estimaron para Australia que los beneficios de circularizar su economía tenían un valor de 26.000 millones de dólares australianos al año y un valor adicional global de 9.300 millones de dólares australianos para las empresas australianas. (1 dólar australiano = 0.68 dólar estadounidense a diciembre del 2022)
Lugar en el camino
La economía circular tiene un papel angular en el propósito de lograr un crecimiento sostenible. Australia desarrolla la estrategia de sostenibilidad de su economía desde la convicción profunda de que el Medioambiente es un factor clave para el desarrollo, y es precisamente ello, más la serie de incentivos que se despliegan hacia los distintos sectores económicos, lo que ha marcado exitosamente la diferencia.
No cabe duda que en ese tránsito han debido enfrentar escollos, como bien lo explican Halog et al. “el camino hacia la circularidad no es en absoluto un paseo tranquilo y los baches en el camino son bastante difíciles de superar”. Sin duda, las barreras ralentizan y pueden ser diferentes en los distintos sectores y niveles debido a naturales diferencias. En minería, Van Beers et al. identificaron una serie de barreras para que las áreas ecoindustriales funcionen perfectamente para las industrias basadas en la minería. Entre estas barreras se encuentran el bajo precio de los recursos de utilidad y el bajo coste de la eliminación de residuos, las cuestiones de confidencialidad y comerciales, entre otros.
Lo cierto, es que mirando el vaso medio lleno es preferible ir abordando cada una de las barreras que surjan para tratar resolverlas, sobre todo si ya está probado que el incorporar estrategias de Economía Circular nos permitirá acercarnos a ese gran objetivo que es volver sostenible nuestra economía. La pregunta que surge es ¿en qué lugar del camino nos encontramos en Chile? ¿tenemos identificadas nuestras barreras?
Bibliografía
- Acción Empresas. GUÍA CERO RESIDUOS A ELIMINACIÓN 2020. Link
- Giurco D, Littleboy A, Boyle T, Fyfe J, White S (2014) Economía circular: cuestiones sobre minerales responsables, fabricación aditiva y reciclaje de metales. Recursos 3:432-453
- Golev A, Corder GD (2011) Developing a classification system for regional resource synergies. Miner Eng 29:58-64
- Halog, A., Balanay, R., Anieke, S. et al. (2021) Circular Economy across Australia: Taking Stock of Progress and Lessons Link
- Lodhia S, Martin N, Rice J (2017) Extended producer responsibility for waste televisions and computers: a regulatory evaluation of the Australian experience. J Clean Prod 164:927-938
- Florin N, Madden B, Sharpe S, Benn S, Agarwal R, Perey R, Giurco D (2015) Shifting business models for a circular economy: metals management for multi-product-use cycles. UTS, Sydney
- Van Beers D, Corder G, Bossilkov A, Van Berkel R (2007) Industrial symbiosis in the Australian minerals industry. J Ind Ecol 11:55-72