De las empresas se espera que comprendamos en detalle y profundidad las repercusiones económicas, ambientales y sociales de las actividades que efectuamos; que adoptemos soluciones sostenibles; y que informemos de manera pública, permanente y transparente los resultados y avances de nuestra sustentabilidad.
El reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, en inglés), con fecha 28 febrero del 2022, el segundo de los tres reportes que forman parte del 6° Informe de Evaluación, nos alerta cómo el cambio climático es una amenaza real al bienestar de la humanidad y la salud del planeta, que cerca de la mitad de la población mundial es altamente vulnerable al Cambio Climático, y que es urgente la mitigación y adaptación como acciones que deben ir concatenadas con la misma fuerza y sentido de inmediatez.
El mismo IPCC nos reveló también –en el mes de agosto del año pasado en su Informe I de Bases Físicas del Cambio Climático- que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) procedentes de las actividades humanas son responsables de un calentamiento de aproximadamente 1,1 °C desde la época preindustrial hasta hoy, y que se prevé que la temperatura mundial promediada durante los próximos 10 años alcanzará o superará el 1,5 º Celsius; y que para llegar a los 2°Celsius tardaremos entre 25 y 30 años.
Chile, a pesar que sus niveles de emisiones de GEI al planeta están en torno al 0,25%, muy lejos de los tres países más contaminantes como China (30%), Estados Unidos (15%) y la India (7%), el Cambio Climático sí es un tema que nos afecta directamente como país, pues cumplimos con 7 de los 9 criterios de vulnerabilidad definidos por la ONU.
Esta realidad nos ha obligado a adoptar medidas urgentes de adaptación y mitigación, pues nuestra vulnerabilidad nos enfrenta: al aumento de la temperaturas, precipitaciones y eventos climáticos extremos, pérdida de la biodiversidad, reducción de los recursos hídricos, efectos en la salud, daños a la infraestructura, dificultades de acceso a la energía, traslado zonas de cultivo de norte a sur, reducción de los recursos pesqueros, disminución del turismo, y afectación de la calidad de vida de las ciudades (alta contaminación, escaso suministro de agua, etc.)
ROLES PARA LA SOSTENIBILIDAD
Esto debe llevar a preguntarnos sobre ¿Cuál es el rol que le compete a cada uno de los actores para un desarrollo sostenible? ¿Qué papel le cabe al Estado, a la sociedad civil y a las empresas?
Desde la vereda del Estado, lo que se espera es que genere una institucionalidad clara, a través de políticas y planes que fijen la hoja de ruta para el desarrollo del país a nivel económico, medioambiental y social; suscriba acuerdos y tratados internacionales que propicien el desarrollo sostenible; y, genere alianzas estratégicas entre actores claves para alcanzar los objetivos trazados.
Desde la sociedad civil, se espera que se mantenga informada para participar de las instancias de diálogo entre los actores, de manera de fortalecer la discusión y la toma de decisiones.
Y desde las empresas, lo que se espera que realicemos para un desarrollo sostenible es que comprendamos en detalle y profundidad las repercusiones económicas, ambientales y sociales de las actividades que efectuamos; que establezcamos metas para mejorar el impacto positivo y mitigar el impacto negativo; desarrollemos soluciones sostenibles; y que informemos de manera pública, permanente y transparente los resultados y avances de sustentabilidad.
El Informe II de la IPCC que nos revela que 1 de cada 2 personas en el mundo es vulnerable a los efectos del cambio climático, debemos entenderlo como un emplazamiento a los países para iniciar acciones más decididas acerca de cuán suficientes están siendo las medidas de Mitigación adoptadas por las naciones para reducir las fuentes de emisión de gases de efecto invernadero, y de cuán oportunas están siendo las iniciativas de Adaptación, en tanto, procesos de ajustes al clima y a sus efectos para reducir precisamente la vulnerabilidad de los sistemas naturales y humanos.
Esta discusión debe darse con celeridad, de tal manera que las iniciativas de Mitigación den –casi de forma inmediata- el paso siguiente a la Adaptación. “La evidencia científica es inequívoca: el cambio climático es una amenaza para el bienestar de la humanidad y la salud del planeta. Tomar acciones ahora nos podría asegurar el futuro. Cualquier nuevo retraso en la acción global resultará en la perdida de la breve ventana de oportunidad que nos permitiría asegurar la habitabilidad del planeta, la cual se está cerrando rápidamente”, señala el informe.
Chile en su actualización de las NDC se ha comprometido con una serie de metas sectoriales que apuntan a mitigar modificando, por ejemplo, el indicador de intensidad de emisiones, condicional e incondicional, por un indicador absoluto incondicional, con una meta a alcanzar de 95 MtCO2eq al 2030. Otra acción como la integración de políticas públicas entre clima y aire limpio, para mitigar los contaminantes climáticos de vida corta, específicamente el carbono negro (BC), proponiéndose una meta de reducción que conlleva múltiples beneficios en salud, al lograr ciudades más limpias y a minimizar los eventos locales de contaminación.
Respecto de la Adaptación al cambio climático, Chile se ha comprometido a una coordinación interinstitucional, incluyendo metas en dos ámbitos de especial urgencia: i) la gestión de riesgos de desastres y ii) la gestión del agua y saneamiento, particularmente, desarrollando indicadores que permitan establecer metas de seguridad hídrica; la gestión del agua a escala de cuencas; y aumentar la resiliencia del sector de servicios sanitarios.
Como Green Leader Environmental Services, empresa de ingeniería, servicios y soluciones ambientales de la Zona Norte de Chile, desde nuestro rol como empresa nos alineamos a la Agenda 2030, contribuyendo a crear valor en la Región de Antofagasta con la generación de empleos sustentables y con la oferta de servicios ambientales que se enmarquen en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que se ha trazado nuestro país, diseñando soluciones innovadoras y sustentables para que las compañías alcancen sus metas de desarrollo en sus procesos, mejorando su productividad y competitividad en los mercados.
Antofagasta, 28 de febrero del 2022
El código de barra de Chile se presenta en colores que simbolizan las temperaturas registradas desde inicios del siglo XX (no existe registro anterior de T°) hasta hoy. El color azul más frío al rojo más cálido, pasado por el blanco que indica la temperatura media del periodo analizado. Esta gráfica fue diseñada por el científico experto en climatología Ed Hawkins (Universidad de Reading, Reino Unido), y forma parte de la campaña de concienciación del problema del cambio climático #ShowYourStripes (muestra tus rayas)
Fuente: https://showyourstripes.info/l/globe
Autor: Gerencia de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad de Green Leader Environmental Services