Por Orietta Ramírez | Gerente de Asuntos Públicos de Green Leader
La participación de Chile en el mercado del cobre a nivel mundial es cercana al 30% con 5,7 millones de toneladas métricas (Consejo Minero, 2022); y la proyección esperada para fin de esta década elevaría la producción a 7,1 millones de toneladas (Cochilco, 2020).
El Banco Mundial ha estimado que se requerirán 3 mil millones de toneladas de minerales y metales al 2050 para impulsar la transición hacia energías limpias. En tanto, la Agencia Internacional de Energía proyecta que para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París de mantener la temperatura global por debajo de los 2°C, se necesitarían cuatro veces más de este tipo de recursos entre el año 2020 y 2040 (AIE, 2021).
Al mismo tiempo, los minerales que tendrán mayor demanda son el cobre y litio, lo que representará una oportunidad económica sin precedentes para América Latina y el Caribe del orden de los USD 50 mil millones de dólares por año a esa fecha (BID, 2020); incentivo que trae aparejada la responsabilidad de lograr metas productivas para abastecer el mercado internacional, conteniendo sus efectos sobre el medio ambiente a través de estrategias bajas en carbono. (CircularTec, 2022)
La minería del cobre en Chile –que representa el 94% de la producción minera, y aporta cerca del 15% al PIB nacional, el 60% de las exportaciones y el 13% de los ingresos fiscales (Consejo Minero, 2022)- se verá enfrentada a un profundo proceso de transformación antes de llegar a la mitad de siglo, y es que las emisiones de GEI que genere su cadena productiva pueden significar a futuro más de alguna tensión, sobre todo si sus proveedores (Emisiones de Alcance 3 | EA3) superan actualmente el 50% del total de las emisiones GEI del sector.
En efecto, esa fue una de las conclusiones obtenidas del estudio de ‘Emisiones GEI en la Cadena de Suministro’ desarrollado por el Ministerio de Minería y la Corporación Alta Ley, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). “Nosotros en Chile estamos apuntando a conseguir esta meta (carbono neutralidad total) para el año 2040 y para lograrlo necesitamos del esfuerzo de varios actores”, manifestaba el subsecretario de Minería, Willy Kracht, al momento de dar a conocer la Guía sobre Emisiones en la Cadena de Suministros y la Calculadora genérica de EA3 hace unas semanas.
El transitar hacia una actividad productiva sustentable requerirá, entonces, que la industria minera del cobre se tenga que hacer cargo de las emisiones indirectas de Alcance 3, a pesar de que se trata de actividades que suceden fuera de su ‘ámbito’ y no son controladas por la operación minera misma, sino que más bien están relacionadas con la actividad de los proveedores de bienes y servicios de la minería.
Desde esa mirada estratégica sustentable del ecosistema minero, se deberá –entonces- articular un trabajo coordinado y colaborativo entre todas las compañías, y los distintos proveedores de la cadena, así como también de organizaciones internacionales y el gobierno como facilitador de este desafío concatenado. Ello, con el fin de poder identificar en detalle el origen de aquellas emisiones de gases efecto invernadero que están asociadas a la cadena de abastecimiento para así poder determinar la huella de carbono que hay detrás. “Sin los proveedores de bienes y servicios, la minería no va a lograr su carbono neutralidad y Chile tiene un rol fundamental en el desafío de lograr este objetivo a nivel global” (Corporación Alta Ley, 2022)
MÁS ECONOMÍA CIRCULAR
La incorporación de la Economía Circular en la industria es otro factor que se conjuga a la hora de hablar de Minería Verde, y es que uno de los grandes desafíos de la industria es lograr insertar la circularidad en proyectos que nacieron años atrás con una concepción lineal. Indudablemente que se deberá aplicar una Estrategia para hacerse cargo –en el corto, mediano y largo plazo- de la gestión de residuos mineros y de la valorización de distintos materiales que se generan producto de las actividades mineras.
La Corporación Alta Ley, institución público-privada creada el 2015 como Programa Estratégico de Especialización Inteligente de Corfo, señala que algunas de las ventajas de la adopción de modelos que apuntan a la economía circular en la minería tienen que ver con:
- Convertir los residuos mineros masivos en recursos secundarios, valorizándolos y cerrando lazos en los ecosistemas industriales, minimizando o eliminando los residuos mineros.
- Cambiar la lógica económica, desde una economía lineal de producción de cobre a una economía mayormente sustentable basada en: (1) Un diseño del modelo de negocio que comprende el principio de las 10R de economía circular. (2) Un modelo de negocio que se basa en una alianza tecnológica y comercial sinérgica entre las compañías mineras y un sector industrial determinado que mueve la circularidad de esta nueva lógica económica transfiriéndolo al sector manufacturero directamente, creando mayor valor y mayores puestos de trabajo.
No hay duda que la Minería tiene importantes desafíos, y mantener el liderazgo mundial como productor de cobre impone metas que sí o sí se concatenan con todos los actores de la magnánima cadena de valor. Dicho eso, podemos inferir –entonces- que la responsabilidad de que la Gran Minería de Chile siga liderando los mercados mundiales no dependerá sólo de las compañías que operan esta actividad, sino que además de sus proveedores, quienes tenemos la responsabilidad de subirnos al carro de la sustentabilidad y de la carbono neutralidad porque los desafíos globales así lo demandan.