La municipalidad de Kalunborg (Dinamarca) provee de agua a la refinería Veedol y a la planta de generación eléctrica Asnaes. La refinería Esso provee de gas a Gyproc para la manufactura de yeso. Novo Nordisk (mayor productor de insulina en el mundo) provee biomasa para fermentación a los granjeros locales y de lodos de levadura a los criaderos de cerdo locales. La planta de generación eléctrica Asnaes provee de cenizas volantes a la cementera Aalborg Portland, de calor residual a la piscigranja local, de energía para calefacción a los habitantes de la municipalidad de Kalunborg, de vapor a Novo Industri y a la refinería Now Statoil, de sulfato de calcio a Gyproc para la fabricación de yeso, de cenizas volantes para la recuperación de níquel y vanadio a Orimulsion (empresa de fabricación de combustibles), de agua desionizada a la refinería New Statoil y de vapor a Inbicon (refinería de biomasa).… y así suma y sigue.
Esta descripción ilustra lo que es el Parque Ecoindustrial de Kalundborg (Dinamarca), primero en su tipo, que fue formándose poco a poco desde inicios de los años 70, y que se estructuró bajo el principio de Simbiosis Industrial (SI), es decir, bajo el objetivo de convocar empresas en un enfoque colectivo que les permitiera alcanzar ventajas competitivas, y el intercambio de materias primas (residuos|insumos) en un contexto de proximidad geográfica.
En efecto, la Simbiosis Industrial es un método que impulsa la generación de sinergias entre las industrias para generar una relación virtuosa, que suele estar enfocada al uso de un residuo como materia prima en otra empresa, aunque también puede entenderse en la utilización o implantación conjunta de un servicio o infraestructura.
Actualmente, es posible hallar ejemplos de simbiosis industrial en prácticamente todas las latitudes del mundo, como el Ecoparque Industrial de Devens y Brownville en Estados Unidos; Burnside en Canadá; Kwinana en Australia Occidental y Gladstone en Queensland también en Australia; Kawasaki Eco Town de Japón; TEDA de China; Tampico en México; y Vreten en Suecia. En el caso de Chile, la información disponible da cuenta que Ecoparques industriales de similares características a los mencionados en el párrafo anterior no existen.
Ecoparques en Australia: Minería toma la delantera en EC
Australia es el sexto país más grande del mundo y, además, el sexto mayor productor de cobre en el planeta, y ha sido la Minería que ha tomado la delantera en el desarrollo de la Economía Circular (EC) con las áreas ecoindustriales de Kwinana y Gladstone, generándose un aumento de las actividades del sector empresarial que muestra una perfecta integración de la economía colaborativa en sus principios empresariales y operaciones estratégicas, además de forjar alianzas para conseguir sinergias.
Así da cuenta el paper de Anthony Halog y Raquel Balanay (2021) ‘Economía Circular en Australia: evaluación del progreso y las lecciones’, donde precisan -además- que la reducción de la carga de residuos, la ecoeficiencia y la adición de valor son los beneficios directos que les ha traído a los ecoparques australianos la circularización de la economía.
Replicar en Chile el modelo de ecoparques industriales de Australia debe ser mirado con especial atención, dada las vocaciones productivas y el peso que la actividad minera tiene en el PIB. Australia se ha volcado en buscar oportunidades en sus residuos, haciendo los ajustes necesarios para alinear las estrategias empresariales con los principios de la economía circular. Al igual que otros países, ha estado atenta a los beneficios potenciales de la economía circular en términos de generación de empleo y desarrollo del mercado a partir de la ampliación de las actividades de valor añadido. En todos estos esfuerzos, la innovación es clave, no solo en el desarrollo de productos y en los servicios, sino también en la implementación de mecanismos para integrar y llevar a cabo perfectamente las prácticas y/o actividades de la EC (apoyados, por ejemplo, en TI, redes sociales, ONG y medios de comunicación). Las innovaciones basadas en la tecnología y el diseño son bastante relevantes en este aspecto para determinar las distintas configuraciones de los sistemas de EC, que pueden hacer frente a los retos tecnológicos y estructurales a los que hoy se ve enfrentado para concretar finalmente la Economía Circular.