Proveedores: Socios Estratégicos de la industria Minera Chilena | Opinión

27 Ago, 2022

Por Aníbal Chamorro Alcaíno. Chief Sustainability Officer de Green Leader SpA

 Si hay algo importante que la industria minera ha logrado desarrollar en Chile los últimos 30 años, además del progreso que produce para el país, es la relación virtuosa que se genera con los diversos grupos de intereses, y entre ellos sus proveedores de bienes y servicios. La directa influencia de esta relación provoca una cadena de valor de la Minería que se vuelve virtuosa desde un punto de vista económico, sin embargo, desde el valor social y ambiental debe aún potenciarse mucho más.

El adjetivo de “socios estratégicos” -como muchas veces las empresas mandantes denominan a sus contratistas y proveedores de bienes y servicios- da una clara señal de lo importante de esta relación y lo virtuosa que puede llegar a ser en el modelo de negocio que cada compañía minera pretenda adoptar con ellos. Ya no basta una buena relación comercial, que es la base, sino que hoy se necesita la colaboración efectiva de este socio en temas que van mucho más allá y que son esenciales del negocio.

Hoy en día, la industria minera se encuentra observada y en los ojos de muchos actores con distintos intereses. Esto se debe no sólo a su importancia como actividad económica, sino a la necesidad que el mundo tiene de ella para su desarrollo económico, industrial, tecnológico, energético y para combatir los efectos del cambio climático.

Nuestra sociedad siempre ha requerido y seguirá requiriendo de la Minería, de eso no hay duda, pero al mismo tiempo la sociedad exige a la minería operar su actividad sin errores, ser eficientes, rentables, seguros, amigables con el medio ambiente, y generar el máximo valor posible en todos los ámbitos.

El negocio minero -cada año que pasa- se complejiza más, no sólo por la madurez de los yacimientos existentes en Chile, sino que también debido a las especiales características que son parte de su propia naturaleza por tratarse de recursos no renovables, que se asocian a la riqueza de un determinado territorio o nación. Esto, conlleva a un sentimiento de común beneficio entre quienes administran su extracción y todo el entorno, tanto local como nacional (directo como el indirecto). Su riqueza natural es  dotada por  el propio territorio que la posee, por lo cual se entiende que sus beneficios deben alcanzar especialmente para el territorio aledaño o directo.

La creación de valor a largo plazo para todos los stakeholders -con ayuda de los proveedores- puede asegurar el futuro de la minería y a las empresas mineras la legitimidad social de continuar operando, algo que se ha vuelto una cuestión compleja y en evolución. Las expectativas de los accionistas están cambiando rápidamente en torno a un sinfín de desafíos del sector, como la contribución de la minería a las comunidades, las economías, la protección del patrimonio y el compromiso con los pueblos indígenas y las naciones originarias, así como el papel de la industria en las cadenas de suministro éticas y la crisis climática. El nacionalismo de los recursos también va en aumento, la geopolítica, ha pasado a ser un riesgo más que debe considerarse.

Las empresas mineras tendrán que sortear proactivamente las guerras comerciales, los nuevos gobiernos y el nacionalismo de los recursos. El año pasado se produjo un aumento significativo del riesgo geopolítico. Los gobiernos de todo el mundo han cambiado drásticamente sus políticas y normativas en respuesta a un mayor dinamismo para hacer frente al cambio climático y mejorar los controles en torno a los datos y el comercio digital. Asimismo, la geopolítica de la pandemia incluidos los controles de las exportaciones y las políticas industriales, tenderán a aumentar la “autosuficiencia” en productos locales.

Considerar todos los factores antes dichos e intentar  satisfacer todos esos intereses convengamos que es una tarea difícil, sobre todo si de minería privada se trata, en que el riesgo de la exploración y la difícil tarea de la explotación la soporta la empresa privada. Por esta razón, las empresas mineras, privadas y públicas, requieren de la colaboración de sus socios estratégicos (proveedores) en tareas que contribuyan en esta compleja tarea de satisfacer los diversos intereses que rodean a la empresa minera. Deber de ayudar también para permitir la sostenibilidad y sustentabilidad del negocio Minero, en su operación, en el largo plazo.

Es posible que veamos la aplicación de principios económicos circulares cerrados, que incentiven el desarrollo local de proveedores, no sólo para cumplir con una eficiente cadena logística y evitar riesgos geopolíticos, sino como una manera de contribución directa al desarrollo local, y al mismo tiempo lograr una sinergia que potencia la legitimidad de operación del negocio minero con su entorno, dado su propia naturaleza, vinculada a la riqueza con que naturalmente el territorio ha sido dotado por la presencia de éstos minerales.

Lo anterior, se traduce en acciones concretas para los grandes y medianos proveedores: Contratación y trabajo local, asumir en la cadena de valor los principios de economía circular siendo coadyuvantes de la empresa minera en la huella de residuos, uso de agua, disminución de Co2, contribución con el pago de impuestos locales o Municipales en el territorio, etc.

Ser socio estratégicos a largo plazo en el negocio minero debe partir con una relación comercial, siendo parte de una cadena de valor virtuosa, pero al mismo tiempo debe comenzar a trabajarse una implicación, alineamiento y conocimiento con la estrategia de sustentabilidad de la Compañía Minera. Ello, para que el proveedor se convierta en un coadyuvante del proceso de sustentabilidad y sostenibilidad del negocio, con el medio ambiente, con su entorno, haciendo sinergia y plegándose no sólo a la estrategia de negocio de la empresa Minera,  sino también a  la estrategia  de sustentabilidad para hacer viable la actividad ayudando a sortear los múltiples intereses y desafíos que lo complejizan, por el beneficio común de todos los Chilenos.